Susurrando
la llamo
como
a una amante,
y
ella a veces me derrama
generosa
en los papeles.
La
vida rebusco entre sus versos,
cenizas
amasadas por
las
manos perdidas
del
amigo en la maleza,
sus
abrazos,
adornar
con palabras
los
fracasos
incapaces
de regreso..
Mi
nombre esculpido
con
letras de arena
sueño
a su costa,
y
cuando la luna
sonría
tras mi marcha discreta,
lágrimas
de cirros
en
las huertas..
Le
pido demasiado,
ella
a mí tan sólo
que
no deje mi pluma
olvidada
en
los meandros..
No hay comentarios:
Publicar un comentario