domingo, 28 de junio de 2020

Atrapar tu brisa

en primavera era el sueño

de las flores que aún bombean

sangre en mis océanos,

y recoger hojas de otoño

para alfombrar algún día tus misterios..

Pero nadie me avisó.

La voluntad se extravía 
 
cuando busca la Esencia 
 
en mil candiles.

En la soledad de aguas sin viento

plegué las velas,

detuve el reloj de la azotea
 
cansado ya de tanta siembra
 
y tanta herida.

Fue entonces, no antes,

cuando polvo del Universo

cayó sobre la amargura.

Y allí estabas,

siempre habías estado,

en medio de la espera.