Cuando
se acaben las horas
anclaré
minutos de más
en
tu bahía.
He
de buscar sin prisa
la
leña encendida
en
tus bodegas.
El
fuego lame las heridas..
Latirá
el amanecer
en
nuestros dedos,
hartos
de piel
carbonizada.
Y
el sol llegará
para
calentar la calma
de
dos cuerpos
que
dejaron el respirar
para
más tarde..